Sobre un altozano en cuyas faldas se asienta el pueblo y limitado por el lado contrario por un gran escarpe, se advierte las ruinas de este castillo, obra probablemente del siglo XV y hoy muy arruinado tras siglos de abandono.
Parece ser que fue construido por Esteban Pacheco, héroe legendario de Ciudad Rodrigo (a instancias de Felipe I), quien lo levantó en el siglo XIV para defender estas tierras de los portugueses. Se hermanaron en él, buen gusto arquitectónico y las características defensivas. No debió ser morada habitual de los Marqueses de Cerralbo, ya que la residencia habitual estuvo en Ciudad Rodrigo por razón de los cargos que ocuparon en pugna con los López Chaves. A mediados del siglo XVII aún estaba en pie y "pie de guerra", porque documentalmente consta que cuando la guerra de separación de Portugal jugó un notable papel en la defensa del campo del Camaces y del Abadengo, hostigado continuamente por las tropas portuguesas de Xaque de Magalhaes, que al no poderse hacer con la fortaleza, la incendiaron en 1664 y se retiraron. La terminación de esta guerra y la marcha de los marqueses a Madrid y Salamanca inicio la ruina y abandono de esta fortaleza.
La torre del Homenaje aún se mantenía en pie en el último tercio del siglo XIX (1865). Era muy alta, cuadrada, con una ventana grande y encima de ella un escudo igual al de la iglesia de los Franciscanos. Se derribó para construir la pared del corral de este ruinoso convento. El recinto de este castillo es cuadrado con grandes cubos redondos de cal y canto recubiertos de buena sillería y con saeteras. El mejor conservado de ellos es el llamado "torreón de la yedra". Aún puede detectarse el emplazamiento de la puerta principal de este recinto que estaba flanqueada por dos cubos.
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