En El Payo existe un cementerio sobre las ruinas de su antigua fortaleza. En lo alto de una loma, accediendo por un empinado camino fraguado con cemento, se encuentran los restos de su castillo. Apenas se sabe nada de él aunque referencias vinculadas a otras historias nos confirman su existencia. En el fondo parece como si no hubiera existido.
Junto al cementerio aparecen restos de argamasa y piedra que se antoja parte de los muros medievales y junto a la valla se puede apreciar una especie de base de lo que pudo ser la torre del homenaje. Los otros restos están repartidos por la loma.
Se cree que el castillo existió antes incluso que el propio pueblo y que éste surgió a su vera. Se piensa que pudo haber formado parte de la red de atalayas de la zona para controlar las tierras reconquistadas, pensándose, incluso, en que tuviera cierta similitud con el castillo de Eljas, en Cáceres,
Lo cierto es que tuvo alguna relevancia a mediados del siglo XVII en las correrías fronterizas con Portugal. En algunas crónicas se cita su existencia en esa y la siguiente centuria. Pudo poseerlo Fernán Centeno “EI Travieso”. De hecho en El libro del Bastón se afirma que el castillo de El Payo perteneció al mayorazgo de los Águila, del marquesado de Espeja. En 1634 junto con otros pueblos de la zona El Payo paso a manos de un caballero de la Orden de Alcántara, Pedro Alonso Flores y Montenegro, Se sabe que después el pueblo y el castillo pertenecieron a la marquesa de Cartago, título creado en el siglo XIX, arruinándose sus restos en esta época.
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